COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
MAMERILÓN :: GENERAL :: DE TODO UN POCO
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COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
No me hace falta respirar,
porque respiro tu aire
no necesito soñar,
porque tú eres mi sueño,
no preciso hablar,
porque mis palabras te pertenecen,
no necesito vivir,
porque tu amor es mi vida.
Mayte- Invitado
Re: COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
Con un mismo principio
con mil finales
todos junto a ti
tú junto a mi
una vida para recorrer
mil momentos para compartir
y un solo amor que vivir.
Mayte- Invitado
Re: COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
¿QUÉ SON Y DE QUE ESTÁN HECHOS LOS SUEÑOS?
Llamamos sueños a esas sensaciones y sentimientos que inconscientemente fluyen a través de nuestra imaginación. Un sueño es una puertecilla escondida en los más íntimos y secretos espacios del alma. Un sueño es aquello que una persona desea y anhela con tanta fuerza, que lo ve más allá de sus posibilidades, pero no por eso debemos dejar de creer en ellos. Todos soñamos de vez en cuando, porque los sueños son lo que mueve el mundo y porque realmente nadie sabe donde está la línea que separa los sueños de la realidad.Los sueños nos hacen crecer porque nos proporcionan colchonetas para poder soportar las idas y venidas de la vida cotidiana. Fantasías para pensar y creer que no sólo existe lo que los ojos humanos pueden alcanzar a ver, que más allá de nuestro horizonte hay algo más, algo que nosotros no conocemos y que estamos deseando descubrir. Fantasías para llorar, querer, amar, reír, temblar… Normalmente denominamos como sueño a todo aquello que a las personas nos es inalcanzable, pero és mucho más que eso… Un sueño és alegría, és ilusión, és esperanza, és fantasía. Un sueño és levantarse cada mañana teniendo algo por lo que luchar y acostarse cada noche teniendo un deseo por cumplir. Un sueño es querer explorar otros mundos, tener ciertas metas, sentir nuevas emociones, adentrarse en nuevas experiencias... Porque somos así, porque todo el mundo necesita mirar las cosas desde otra perspectiva, apoyarse en algo por lo que seguir mejorando día a día. No dejeis que nadie os robe vuestros sueños porque todos tenemos derecho a ellos y el día que dejemos de tenerlos, ese día, ya no seremos nadie. Total, al fin y al cabo...
¿De que está hecha la vida si no de sueños?
Mayte- Invitado
Re: COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
Hans Christian Andersen
La vendedora de fósforos
¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.
Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.
La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña.
Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido tapadas con paja y trapos viejos. Sus manecitas estaban casi yertas de frío. ¡Ah! ¡Cuánto placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich! ¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano. ¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo tan hermoso! ¡Calentaba tan bien!
Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla. Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.
Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico nacimiento: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.
-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".
Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.
-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!
Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.
Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser sentado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.
-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.
Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.
La vendedora de fósforos
¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima. Era el día de Nochebuena. En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.
Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.
La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra. Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto. ¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña.
Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido tapadas con paja y trapos viejos. Sus manecitas estaban casi yertas de frío. ¡Ah! ¡Cuánto placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich! ¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano. ¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo tan hermoso! ¡Calentaba tan bien!
Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla. Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.
Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico nacimiento: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.
-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".
Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.
-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!
Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.
Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena! El sol iluminó a aquel tierno ser sentado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.
-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.
Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.
Mayte- Invitado
Re: COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
Una joven esperaba el embarque de su vuelo en un gran aeropuerto…
Como tenia una larga espera ante sí, decidió comprarse un buen libro, y también se compro un paquete de galletas.
Se sentón lo más cómodamente que pudo, y se puso tranquilamente a leer, dispuesta a pasar un buen rato de descanso. Al lado de su asiento donde se encontraba el paquete de galletas, un hombre abrió una revista y se puso a leer.
Cuando ella cogió la primera galleta, el hombre también cogió una.
Ella se sintió irritada por este comportamiento, pero no dijo nada, contentándose con pensar: ¡Que cara dura¡
Cada vez que ella cogía una galleta, el hombre hacia lo mismo.
Ella se iba enfadando cada vez más, pero no quería hacer un espectáculo.
Cuando solo quedaba una galleta, pensó: “Y ahora qué va a hacer este imbécil?”
El hombre cogió la última galleta, la partió en dos y le dio la mitad..
Bueno, esto ya era demasiado… ¡Ella estaba muy enfadada¡
En un arranque de genio, cogió su libro y sus cosas y salio disparada hacia la sala de embarque.
Cuando se sentó en su asiento del avión, abrió su bolso y… con gran sorpresa descubrió su paquete de galletas intacto y cerrado¡¡¡
¡Se sintió tan mal¡ No comprendía como se había podido equivocar… Había olvidado que guardo su paquete de galletas en su bolso.
El hombre había compartido con ella sus galletas sin ningún problema, sin rencor, sin explicaciones de ningún tipo…mientras ella se había enfadado tanto, pensando que había tenido que compartir sus galletas con el…y ahora ya no tenia ninguna posibilidad de explicarse ni de pedir excusas…
Hay cuatro cosas que no podremos recuperar nunca mas…..
Una piedra……después de haberla tirado¡¡¡
Una palabra……después de haberla dicho¡¡¡
Una ocasión…..después de haberla perdido¡¡¡
Y el tiempo…..cuando ya ha pasado¡¡¡
Mayte- Invitado
Re: COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años y un burro.
Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.
Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba: "¡ Mira ese chico mal educado! Él arriba del burro y los pobres padres, ya grandes, llevándolo de las riendas!".
Entonces, la mujer le dijo a su esposo: "No permitamos que la gente hable mal del niño." El esposo lo bajó y se subió él.
Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba: "¡ Mira qué sinvergüenza ese tipo! Deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima!".
Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba: "¡Pobre hombre! Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! ¿Y el pobre hijo? ¡Qué le espera con esa madre!".
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres para comenzar nuevamente su peregrinaje.
Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían: "¡Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partirle la columna!"
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro.
Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes: "¡Mira a esos tres idiotas: caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos!"
Conclusión:
Siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres alguien a quien le conformen tus actitudes.
Entonces: ¡Vive como creas!, haz lo que te parezca correcto a ti, lo que te dicte tu conciencia y tu corazón.
Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.
Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba: "¡ Mira ese chico mal educado! Él arriba del burro y los pobres padres, ya grandes, llevándolo de las riendas!".
Entonces, la mujer le dijo a su esposo: "No permitamos que la gente hable mal del niño." El esposo lo bajó y se subió él.
Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba: "¡ Mira qué sinvergüenza ese tipo! Deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima!".
Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro mientras padre e hijo tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba: "¡Pobre hombre! Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! ¿Y el pobre hijo? ¡Qué le espera con esa madre!".
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir al burro los tres para comenzar nuevamente su peregrinaje.
Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían: "¡Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partirle la columna!"
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro.
Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes: "¡Mira a esos tres idiotas: caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos!"
Conclusión:
Siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres alguien a quien le conformen tus actitudes.
Entonces: ¡Vive como creas!, haz lo que te parezca correcto a ti, lo que te dicte tu conciencia y tu corazón.
Mayte- Invitado
Re: COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
Mujer
Sin ti la piedra no es corona
Ni el agua mano
Ni el sol la morada
De los que sueñan
*************************
Mujer
Sin ti
No hay lluvias ni ventanas
Ni risas que nos alimenten
Y nos vistan de sol
Lejos de las puertas
**********************************
Mujer
Sin tus sueños
Nadie puede caminar
Sin ti la piedra no es corona
Ni el agua mano
Ni el sol la morada
De los que sueñan
*************************
Mujer
Sin ti
No hay lluvias ni ventanas
Ni risas que nos alimenten
Y nos vistan de sol
Lejos de las puertas
**********************************
Mujer
Sin tus sueños
Nadie puede caminar
Mayte- Invitado
Re: COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
Un Angel que vele tus sueños
Una vela que te ilumine
Una mariposa que te ayude a volar muy alto
Una cajita llena de besos
y unas rosas que te rodeen con su aroma
La alegria, la vitalidad, la fuerza de voluntad te sobran asi que para eso no te regalo nada.
Una vela que te ilumine
Una mariposa que te ayude a volar muy alto
Una cajita llena de besos
y unas rosas que te rodeen con su aroma
La alegria, la vitalidad, la fuerza de voluntad te sobran asi que para eso no te regalo nada.
Mayte- Invitado
Re: COSITAS DE MAYTE, ESPERO QUE OS GUSTEN
Nunca reflejes el mundo con el reflector de tu herida, sino con las bujías del amor.
Nunca te muevas tanto que llegues a todas partes menos a tu alma.
Nunca mires una dificultad como imposible: siempre habrá un espacio para seguir.
Nunca es tan importante lo que ha sido tu obra, como lo que llevó dentro tu proceder.
Nunca deslumbres con lo que digas, hasta estar seguro de no desencantar con lo que hagas.
Nunca intentes dominar a nadie, pero imponte a los demás hasta el punto que le permitirías a los demás que se te impusieran a ti.
Nunca esperes éxito completo: hay muchos tramos de fracasos antes de llegar al triunfo.
Nunca te apenes porque personas que te deben mucho, te paguen mal: aparecen otras que no te deben nada y te pagan con abundancia.
Nunca entres a la vida de nadie con exceso de confianza. Todos tenemos un espacio íntimo al que nadie debe penetrar sin ser invitado..
No te sorprenda sentir soledad en tus días nublados: la gente llega cuando el sol está en su apogeo.
No decidas con la mente apasionada. Espera, para tomar tus conclusiones, la serenidad de una reflexión lógica.
No desperdicies el agua de tu cántaro; es necesario llevarlo lleno para cuando la vida se nos haga un desierto y la sed nos suba desde el corazón.
Nunca te menosprecies por ser una florecita silvestre: sin ti, las grandes rosas no se notarían.
Nunca te pongas el timón en las manos sin meterte en el barco de Dios.
Nunca nutras el amor con grandes aguaceros: es mejor el rocío constante.
Nunca hay derrota tan triste como la que se da antes de comenzar.
Nunca desprecies la vejez: ella es el ojo de la historia, el cofre de los recuerdos, las lágrimas de sus dolores y el sometimiento de sus limitaciones.
Nunca te dejes vencer por la naturaleza para justificar lo torcido.
No te desanimes, y ajusta la vida a lo que tienes que vivir, más que a lo que gustaría tener para vivirla.
Nunca consideres a Dios como un amarre, sino como la libertad que uno se impone por su propio gusto.
Nunca te quejes mientras tengas facultades, amor, amistad, sustento y poder para reconstruirte. Ama la vida para no morir antes de tiempo.
No te des por vencido, que detrás de ti hay siempre una oportunidad esperando.
No te rindas, ¡porque la vida es un milagro!
Nunca te muevas tanto que llegues a todas partes menos a tu alma.
Nunca mires una dificultad como imposible: siempre habrá un espacio para seguir.
Nunca es tan importante lo que ha sido tu obra, como lo que llevó dentro tu proceder.
Nunca deslumbres con lo que digas, hasta estar seguro de no desencantar con lo que hagas.
Nunca intentes dominar a nadie, pero imponte a los demás hasta el punto que le permitirías a los demás que se te impusieran a ti.
Nunca esperes éxito completo: hay muchos tramos de fracasos antes de llegar al triunfo.
Nunca te apenes porque personas que te deben mucho, te paguen mal: aparecen otras que no te deben nada y te pagan con abundancia.
Nunca entres a la vida de nadie con exceso de confianza. Todos tenemos un espacio íntimo al que nadie debe penetrar sin ser invitado..
No te sorprenda sentir soledad en tus días nublados: la gente llega cuando el sol está en su apogeo.
No decidas con la mente apasionada. Espera, para tomar tus conclusiones, la serenidad de una reflexión lógica.
No desperdicies el agua de tu cántaro; es necesario llevarlo lleno para cuando la vida se nos haga un desierto y la sed nos suba desde el corazón.
Nunca te menosprecies por ser una florecita silvestre: sin ti, las grandes rosas no se notarían.
Nunca te pongas el timón en las manos sin meterte en el barco de Dios.
Nunca nutras el amor con grandes aguaceros: es mejor el rocío constante.
Nunca hay derrota tan triste como la que se da antes de comenzar.
Nunca desprecies la vejez: ella es el ojo de la historia, el cofre de los recuerdos, las lágrimas de sus dolores y el sometimiento de sus limitaciones.
Nunca te dejes vencer por la naturaleza para justificar lo torcido.
No te desanimes, y ajusta la vida a lo que tienes que vivir, más que a lo que gustaría tener para vivirla.
Nunca consideres a Dios como un amarre, sino como la libertad que uno se impone por su propio gusto.
Nunca te quejes mientras tengas facultades, amor, amistad, sustento y poder para reconstruirte. Ama la vida para no morir antes de tiempo.
No te des por vencido, que detrás de ti hay siempre una oportunidad esperando.
No te rindas, ¡porque la vida es un milagro!
Mayte- Invitado
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